La autora de este conocido blog relata: Cuando yo era joven, puse mis dientes de leche debajo de mi almohada y cuando me desperté encontré algo nuevo brillante. Pero ¿qué pasó con esos pequeños dientes? ¿Adónde se fueron? ¿Volvería a verlos de nuevo?

Muchos años después, un diente estaba de pie en mi puerta. Me resultaba familiar. Su nombre era Ickle. Bienvenido a casa, mi diente  de leche!.

He aquí las aventuras de los pequeños ICKLE y LARDEE, en hermosas imágenes bien logradas. Ideal para compartir